Visitar el mundo con Rehm - Stefan Nikitenko ha convertido su afición en su profesión.
Su abuelo era electricista, al igual que su padre. Y Stefan tuvo claro desde la escuela que quería continuar con esa "tradición familiar". Su formación profesional de mecatrónica en Rehm y su puesto posterior en la producción supusieron una buena base. ¡Pero Stefan quería más! Quería salir fuera, ver mundo y seguir poniendo en práctica su conocimiento técnico. Desde hace más de diez años trabaja como técnico de mantenimiento exterior para Rehm y ha viajado a más de 30 países. Su receta para el éxito: ¡Te tiene que gustar lo que haces!
Entre tierra firme y la nostalgia
¡Es un solucionador de problemas y su misión es mejorar el mundo! Cuando es necesario ponen en funcionamiento un nuevo equipo en las instalaciones de un cliente, realizar un mantenimiento o impartir una formación para operarios, Stefan está ahí. Sea el país que sea: Suecia, Francia, México, Brasil, China o EE. UU. Como técnico externo de mantenimiento de Rehm, se ocupa de que Vision, Condenso, Securo y demás equipos funcionen correctamente y de explicar al cliente la optimización del proceso y la tecnología del sistema. Además, colabora con el asesoramiento en el departamento de Postventa y Soporte. La Jura de Suabia era demasiado poco para Stefan. Su gran pasión es viajar. ¿Por qué no trabajar en un entorno internacional y aprovechar para conocer mundo?
"Confucio ya dijo: Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar un solo día de tu vida".
Para Stefan es importante que la profesión se convierta en vocación. Desde su formación hasta la fecha no solo ha crecido en términos de conocimiento técnico, sino que ha acumulado experiencia y un sentimiento de responsabilidad. Hoy conoce la tecnología de sistemas de Rehm como la palma de su mano. Y Stefan quiere hacer algo positivo con sus actos, ya sea solucionar un problema de una máquina o dar al cliente "solo" un consejo valioso. ¡El resultado cuenta! Para que la instalación no solo funcione perfectamente sino que también esté lista para todo, Stefan tiene una palabra mágica: ¡Café! Lo que más le gusta es beberse el café en una de sus 30 tazas de todo el mundo. En cada país que visita, Stefan se compra una para su colección.
¿Cómo es un día normal para usted?
Stefan Nikitenko: Los técnicos de asistencia no tenemos un día típico de trabajo. Cada día, cada tarea y también cada cliente son diferentes. ¡Eso es lo que más me gusta de la profesión! Hoy en México, mañana en Asia: hay muchísimos cambios. Trabajar ocho horas en una oficina o en la producción no sería para mí. Mi trabajo es tan exigente como estimulante. Rehm es sinónimo de ideas innovadoras y una elevada conciencia de calidad. El cliente espera una solución perfecta y una aplicación máxima. Además, puede ocurrir que tenga que estar en un sitio un par de horas, varios días o incluso semanas. Un plan de mantenimiento trata de qué, cuándo, dónde y cómo es necesario realizar algo. Como "lobo solitario", puesto que trabajo solo casi siempre, nunca tiro la toalla cuando las cosas se tuercen. Más bien al contrario. El reto me motiva a dar lo mejor de mí, por eso nunca me aburro. Aprovecho mi experiencia y mi conocimiento para que al final todo vaya sobre ruedas y el cliente se quede satisfecho. Y, pese a todo, uno siempre cuenta con el apoyo del equipo de mantenimiento en las oficinas centrales.
Como técnico de mantenimiento de Rehm ha visto muchas partes del mundo.
¿Qué experiencia no olvidará nunca?
S.N.: Hasta la fecha he visitado casi todos los continentes. Mi trabajo me encanta y ya he acumulado muchos recuerdos bonitos. Pero ahora se me viene a la cabeza una anécdota divertida: Hace muchos años estaba en Suecia, a una temperatura exterior de -35 °C. Como siempre, había alquilado un Volvo Cabrio para ir a las instalaciones del cliente. El camino me llevó por un paisaje nevado precioso que tenía que pararme a fotografiar. Así que me detuve, saqué unas fotos y regresé al coche; pero el Volvo ya no encendía. Entre el pánico por las muestras de congelación que aparecían y el enfado por haber cogido una chaqueta de invierno fina, golpee como un loco el botón de arranque. No había ni un alma cerca, así que llegué a pensar realmente que ese era el final. Tras unos momentos que me parecieron eternos, por fin me di cuenta de que un coche automático hay que arrancarlo de una manera diferente a uno "normal". Por suerte, pude continuar después de esta ocurrencia y entré en calor rápidamente. La flexibilidad, la motivación y el alto rendimiento también valieron la pena en ese caso (se ríe).
¿Qué consejos les daría a los solicitantes de empleo?
S.N.: Si alguien quiere empezar en mantenimiento, desde mi punto de vista sería aconsejable haber trabajado previamente en un puesto orientado hacia ese trabajo. Es necesario amar la profesión y saber organizarse bien. El interés tecnológico, la pasión por viajar y una disposición a rendir extra son cualidades absolutamente imprescindibles en nuestro sector. Yo estoy satisfecho cuando el cliente también lo está. El trabajo de técnico de mantenimiento a nivel internacional requiere disciplina y flexibilidad. Pero ese compromiso se recompensa; por un lado, desde el punto de vista económico, pero también con la libertad de repartir el trabajo, algo que yo valoro enormemente, y también con las personas, culturas y países que puedes conocer.